El The Abogados Club

El The Abogados Club, un bar más de los cientos que existían en Youtube City, recibía aquella tarde lluviosa de invierno a su clientela habitual. Hoy en la gramola habían puesto canciones de Ragtime, y envueltos en una fina capa de humo se encontraba bebiendo la gente.

Dejando la gabardina y el sombrero en la percha de la entrada, Lenin cruzó la estancia hasta la barra rápidamente para apoderarse de un taburete libre. El camarero se acercó a él y le advirtió.

• Dudo mucho que a The Cult le guste que otro culo se haya sentado en su taburete

se rió JVengative

• Ah, ¿pero que estaba The Cult aquí?

tragó saliva Lenin, sabiendo cuán de enfadado se puede llegar a poner su amigo al ver que le han robado el sitio.

• En efecto, YO estaba aquí

una voz siniestra le amenazó con un tubo metálico en la colleja, Lenin supuso que sería su recortada puesto que siempre la llevaba encima.

• Las armas las cargan los demonios, ya lo sabes

comentó con una risa floja Lenin.

• Tranquilo, quédate donde estás. Sólo estaba bromeando

Ambos tomaron lo mismo: una clara muy espumosa. La charla de ambos quedó absorbida por el murmullo en general, cálido y algo cargado por el humo del local.

Era normal encontrar al mercenario por aquél local, puesto que era como su segunda casa; y tanto el dueño como los clientes habituales, su familia. Al lado de Lenin y TheCult se sentó Crystalus, un joven ansioso por encontrar unos estudios relacionados con la música. El dueño del bar se apoyó en la barra, en frente del trío, para mantener una conversación con ellos.

• ¿Sabéis algo del Señor Oscuro del Siempre?

Preguntó Lenin a sus compañeros de bebida.

• Sí, ahora está en el lavabo. Lleva más de media hora haciendo sus... reflexiones de media tarde

Le respondió JVengative.

En ese preciso instante, el Señor Oscuro del Siempre salió de los baños, subiéndose la cremallera con un gesto de orgullo. Con un caminar que recordaba a los viejos vaqueros del Salvaje Oeste, se acercó donde estaba el grupo y les saludó siniestramente.

• Pensé que nuestro misterioso hombre de la fonética había desaparecido tras hacer... sus reflexiones de media tarde en los lavabos del The Abogados Club

Le replicó TheCult, con una sonrisa de oreja a oreja.

• La fonética tiene mucha dificultad, querido amigo. No sabes cuán de difícil es...

Contestó con la misma siniestralidad del saludo.

• ¿Y actualmente de qué trabajas, tío?

Le preguntó Lenin.

• Pues ahora mismo de...

Y, sin querer, le dio un codazo a su cubata y lo tiró al suelo, esparciendo el líquido por todo el suelo. Se cruzaron las miradas antes de que una risa colectiva invadiese el bar. JVengative trajo un cubo y una fregona hasta el lugar del suceso y se lo dio al Señor Oscuro del Siempre para que limpiase aquello.

• Ale, majo. Vos ensuciáis, vos limpiáis.

Sin que nadie se percatase, dos nuevas personas entraron en escena. Ambos, al igual que TheCult, vestían de militar. Uno de ellos estaba en silla de ruedas, mientras que el otro se apoyaba en una muleta. Alzó Jvengative la vista hacia la puerta, y avisó al mercenario de los recién llegados. Todos se giraron y clavaron la vista en los nuevos.

• Buenas tardes, caballeros

Dijo el hombre de la silla de ruedas.

• Coronel Javixter, es un honor contar con usted entre nuestras filas

Comentó TheCult

• Camarero, ¿por qué no nos pones un par de cubatas? Y bien cargados

Pidió Kike.

• Empezamos fuerte, ¿eh? Marchando dos cubatas

Lenin se fue un momento al lavabo. Mientras, el grupo charlaba sobre tiempos pasados, tiros perdidos en ciudades desérticas en contra del fascismo, luchas contra los sectarios de la Rompe Corazones de Soria... Crystalus hacía gala de su cicatriz en la mano, tras haber derrotado junto a su gran amigo Falky al mítico Señor Aaagh y sus subordinados en la batalla del Patio. Kike recordaba amargamente el día que salió volando por culpa de un mortero debido a la mala estrategia del coronel. Éste miró hacia otro lado, y cambió rápidamente de tema. TheCult se limitó a reírse, a pesar de que aquella vez recibió varios impactos de bala en los brazos. Por su parte, Jvengative comentó orgullosamente que echó del bar a un par de kinkis borrachos con su bate de béisbol. El Señor Oscuro del Siempre no dijo nada en ningún momento, tan sólo se quedó observando su vaso de ginebra mientras oía a sus compañeros charlar sobre sus anécdotas.

A veces, la Dama Fortuna y el Destino ponen a prueba a los mortales. En efecto, ambas entes pusieron a prueba al grupo aquella tarde lluviosa de invierno. Un grupo bastante amplio de canis, armados hasta los dientes, entró en el The Abogados Club con ganas de montar una fiesta violenta.

• Una vez más, parece que el Destino atenta contra la dignidad de esta compañía

Comentó el coronel Javixter.

• Ni tan siquiera he podido acabarme mi ginebra. ¡Hijos de puta!

Maldijo Kike.

• Venga tíos. Si conseguimos echar a estos tíos, os invito a todos a una ronda

dijo Jvengative, cogiendo el bate de béisbol que tenía bajo el mostrador.

• ¿Incluye alguna tapilla?

Preguntó Crystalus

• Bonito local, para ser de un maricón. Ahora dame la recaudación

Amenazó un cani.

• Sobre mi cadáver

Gritó TheCult

• Esto se anima, a ver si pongo en práctica las clases de fonética

Susurró el Señor Oscuro del Siempre.

TheCult sacó la recortada y comenzó a dar culatazos a diestro y siniestro entre los macarras. A algunos les dio tiempo para rodear al coronel Javixter y empujar su silla de ruedas, para ver si se caía y le podían dar de hostias hasta en el carné. Jvengative saltó de la barra con su bate de béisbol y repartió justicia entre los que estaban acosando al coronel. Cuando hubo acabado, Javixter le premió con la medalla de la valentía.

El Señor Oscuro del Siempre estaba delante de tres canis, todos ellos más insolentes que Rouco Varela en el Kremlin. Sacó tres de libros sobre fonética y comentó:

• Abrid vuestros libros por la página 3, hoy veremos los fonemas.

• ¿Pero qué dices, payaso? Si nosotros apenas sabemos leer, y esa cosa llamada estudio es una reverendísima mierda, como el trabajar. Ale, primo, enséñale tu navajote

Se jactaba uno.

• ¡Bastardos! Sufriréis las enseñanzas milenarias de Pepeitor

Dijo con mirada desencajada el Señor Oscuro del Siempre.

Y les lanzó aquellos tochos a la cabeza, los cuales les dejaron inconscientes. Mientras, Crystalus se dirigió a la puerta de los lavabos. Se encontró en la puerta con Lenin.

• ¿Qué es todo este jaleo, tío?

Preguntó desorientado Lenin.

• Hay una promoción especial: si les partimos la cara a esos bakalas, Jvengative nos invita a un par de rondas, ¡con tapa incluida!

Dijo contento Crystalus.

• ¡No jodas! ¿Con tapa? ¡Sufriréis la revolución, malditos hijos de burgueses!

Kike estaba siendo estaba apoyado en la barra, pegándole con la muleta a su agresor. Cuando lo hubo abatido, bebió un trago de su vaso antes de volver a la batalla. Lenin, por su parte, la había tomado con uno que había osado insultarle. El revolucionario cogió una silla y se la estampó en la cabeza. Eufórico, se lanzó a por más.

De un empujón, echaron del local a TheCult. Enfadado, cargó su recortada. "Nadie, nadie me saca del The Abogados Club mientras estoy disfrutando de mi ocio". Cuando entró disparó al aire, y de un culatazo arrancó unos cuantos dientes al que tenía delante. Por su parte, el coronel se había ido al fondo del local a rehacer la estrategia a seguir. No se dio cuenta de que un kinki se acercaba sigilosamente a su puesto, cuando de repente Crystalus, que en ese momento salía del baño, le agarró y lo lanzó contra unas cuantas mesas. Jvengative se puso encima de un empastillado y le hundió la base del bate en la frente. Cuando se levantó, recibió un impacto de botella en la cabeza. Cayó redondo al suelo.

• ¡Jvengative!

Gritó Lenin.

Y como un relámpago, asestó un golpe mortal al que había arrojado la botella a su amigo. Se agachó y le zarandeó para ver si se despertaba.

• Qué... ¿qué coño quieres? Te veo doble, joder

Se quejó el camarero.

• Por los dioses. Te dejaré tras la barra para que nadie te moleste mientras te recuperas

Le contestó Lenin mientras cargaba con su cuerpo y lo llevaba hasta el lugar indicado.

Algún cani había llamado a más de los suyos. La horda de inútiles mentales había saturado el espacio del local, rodeando al grupo. Hubo un momento de tenso silencio.

• ¿A qué esperan? ¡Sáquenme de aquí!

Ordenó el coronel Javixter.

• Me temo que la horda nos ha rodeado. Mierda, ¿por qué no me habéis ayudado a dar culatazos?

Se quejó TheCult.

• Mi vodka... mi precioso vaso de vodka. ¡Miradlo allí en la barra! Triste y solitario por culpa de estos canis de mierda.

Se lamentó Kike.

• Shhhhh, esta situación requiere una extrema concentración mental. Puede que la fonética nos acabe salvando de...

dijo el Señor Oscuro del Siempre.

• A mí me suspendieron la fonética en Tercero

le comentó Lenin.

• ¿He oído fonética?

Preguntó Crystalus, mientras salía del lavabo. Tragó saliva al comprobar que estaba rodeado por aquella masa de imbéciles.

Jvengative asomó la cabeza un momento, pero volvió a esconderse tras la barra. Ningún kinki se había dado cuenta de su presencia; de lo contrario, lo habrían molido a palos. Cogió su móvil y llamó a Gerde Vanissar.

• Gerde, hace tiempo que no te pasas por el The Abogados Club. Hoy es un buen día para hacerlo. ¿Buen día, he dicho? ¡Un excelente día!

le sugirió Jvengative, susurrando.

• Estáis en apuros, ¿verdad?

Contestó sin mucho ánimo la chica.

• ¿Apuros? ¡¿Apuros?! ¡¡Mi local está lleno de la peor escoria que la raza humana ha podido engendrar!! ¡Nos tienen a todos rodeados!

• Si no hay más remedio que ir...

Y colgó.

"¡Maldita sea!" se quejó para sus adentros Jvengative. Mientras tanto, el grupo estaba siendo más acorralado. Todo se miraron entre ellos.

• Sólo hay una manera de escapar, señores

Sugirió el coronel.

• ¿Con aquella estrategia?

Preguntó asustado Kike.

• Si logramos salir de allí con mi idea, podremos volver a hacerlo.

• ¿Qué más da la estrategia a seguir? ¡El caso es salir de aquí!

Dijo Lenin, nervioso.

• Esa es la actitud que quiero ver en mis filas. Y ahora, a la de tres, me seguís. Una, dos, tres.... ¡¡¡TODOS POR MADERA!!!

Gritó el coronel Javixter

Todos por mader y kike volando dando vueltas de 360 grados por el aire. Que recuerdos...

la virgen, va a ver que cargar con todo...

por cierto, Lenin... no viene mal usar la MiniGun alguna vez que otra ¬¬

Kyke no se lo pensó dos veces, y fue primero a por su vodka. Saltó tras la barra y saludó a Jvengative. Mientras, thecult dio tal culatazo que lanzó a varios kinkis a varios metros de distancia. Algunos chocaron con la pared, otros cayeron sobre mesas y sillas.

Crystalus se había metido de nuevo en el lavabo. Estaba buscando el yoyó que dejó días atrás, por si acaso hubiera una emergencia en el bar. Lo encontró al lado de una de las tazas. Salió y se topó con un cani. Lanzó el juguete, el cual impactó en la cabeza del garrulo, dejándolo inconsciente. "Okey", dijo sonriente.

Lenin estaba enfrentándose a uno a puñetazo limpio. Estaba recibiendo más de lo que esperaba. El coronel Javixter le ayudó, dando un golpe trapero por la espalda al yonki.

- Gracias, coronel- le dijo Lenin.

- Siga mi estrategia.

- ¿Cuál?

- ¡¡¡Rawra!!! Sáquenme de aquí.

Al Señor Oscuro del Siempre se le habían acabado los libros de fonética. Y tenía a tres garrulos delante. Se puso el índice en los labios y les mandó callar. Cayeron instantáneamente dormidos. Sonrió y recogió unos cuantos apuntes.

Los últimos kinkis que quedaron en el bar optaron por retirarse. Jvengative se asomó, rascándose la cabeza.

- Espero que podáis pagarme todo esto.

- Nosotros no hemos tenido la culpa- dijo thecult, jadeando.

- ¿Estás bien?- preguntó Lenin al camarero.

- Sólo necesito unas píldoras- vio unas cerca de la puerta y se lanzó a por ellas- Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiils heree!!

- ¿Qué hacemos con tanto kinki inconsciente?- preguntó Crystalus.

- Shhh. Estoy reflexionando sobre ello- le contestó el Señor Oscuro del Siempre.

- Podríamos dejarles en el contenedor más cercano- sugirió Kyke.

- Bajo una estrategia que pienso hacer ahora mismo- comentó el coronel Javixter.

- Estamos arreglados- espetó thecult-. Habrá que ponerse por faena, estos gilipollas no se sacan solos.

Entró de repente Narutero, CondeOtaku y Rena.

- ¡Por los dioses!- exclamó Narutero.

- ¡Por Mepfs! ¿Qué es esto?- exclamó Rena.

- ¡Qué guay, canis inconscientes!- dijo Conde.

- Mira quiénes llegan justo a tiempo para ayudarnos a limpiar el local- sonrió Jvengative, después de un buen rato sin atreverse a hacerlo.

- Ahí estamos, muy bien chicos- aplaudió Lenin.

- Gracias, pero... la verdad, nosotros queríamos tomar algo- comentó Narutero.

- Tendréis que ganar la consumición. Prometo que no os las cobraré- le contestó el camarero.

- Trato hecho- le respondió Rena.

- ¡Soldados! ¡A trabajar!- ordenó el coronel.




- FIN -